Rosita

Soy chico, estoy en el patio jugando con mis soldaditos de plástico. Rosita, que ha terminado de planchar, aparece por la puerta, se quita las chancletas, se da vuelta y las deja del lado de adentro. Me lleva diez años, pero aún es joven. No se llama Rosita, su verdadero nombre no lo recuerdo, es una palabra difícil de retener, es una palabra toba. Me mira y sonríe. Se agacha levemente hasta alcanzar con los dedos la parte baja del vestido. Comienza a arremangárselo y se lo quita, como si fuera una remera. Debajo no hay nada, ni bombacha ni corpiño, sólo el oscuro mate de su piel. Engancha el vestido en una de las cuerdas de tender y agarra la manguera. Abre la canilla. Intento seguir con mis soldaditos para no prestarle atención. Pero Rosita me chista. La miro. Vení, dice, dale que hace una calor insoportable.

Comentarios

Anónimo dijo…
que increible cuando u texto dice poco en palabras y tanto en imagenes.
rosita... lo vi en los link mios y me llamo por el lado oscuro. no pense en una persona debo confesar, padre. ampliamente superado el deseo. prefiero a esa rosita. la otra es golpeadora.
saludos losers

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